6 horas y 31 minutos de sueño seguido y 1 hora y 37 minutos de sueño profundo. Día fresco después de tantos días seguidos de calor sofocante, con el cielo casi nublado, fuera de mi ventana, aquí donde vivo, en Alcorcón. Y pienso en Melilla, mi tierra, donde hoy hace 30 grados de media, con viento poniente de intensidad media.
Me levanto al amanecer, cada vez más tardío por estar a punto de entrar en la estación de otoño. Hago las tareas de la casa y busco centrarme en terminar el cuadro que debo enviar durante la próxima semana. Anoche he decidido darle veladuras mezcladas con barniz holandés para ir así ganando tiempo. Confío en que el trabajo esté ya terminado para el lunes.
Sigo con mi pictopoema, con la firma y más detalles por concretar. Confío en este género y en sus posibilidades. Conozco poca gente que se atreva a ello. Por mi parte, creo que podré aportar mi solución. Veremos qué acogida tiene este primer paso que quiero dar.
Mis poemas con fotografías van teniendo cada vez mejor acogida en Facebook. Nunca cuelgo los inéditos, especialmente si irán en libro, y es que aún tengo varios poemarios en el cajón sin que vean la luz, que repaso una y otra vez. Uno ya lo tengo plenamente terminado. Ya veré qué hago con él.
Hoy estuve hablando con el escultor Francisco Hidalgo, antiguo compañero del instituto, para cambiar impresiones después del verano. Aún tiene pendiente un nuevo viaje de vacaciones. Quizás a finales de mes o primeros de octubre haga lo mismo. Quiero ir a Granada. Pero primero hay que esperar a que acaben las obras de mi estudio, y ya se verá.